REPORTAJE
La piratería y la crisis del celuloide fuerzan a Hollywood a una nueva revolución - Clásicos y novedades se pasan al 3D
Primero fue la llegada del sonoro: el estreno de El cantor de jazz en 1927 marcó el principio del fin del cine mudo y la primera gran revolución cinematográfica. La segunda fue la introducción del Technicolor en los años treinta. Siete décadas más tarde llega la tercera: el cine 3D, tridimensional o estereoscópico. Visionarios de la industria como James Cameron, Jeffrey Katzenberg o George Lucas la defienden como definitiva. Cuando el espectador la viva, sostienen, ya no habrá marcha atrás.
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