CINE | Es la producción más cara de la historia de Hollywood
- "Se espera que la cinta supere la marca prevista de 80 millones de dólares"
Pablo Scarpellini | Los Ángeles
Se esperaba un ciclón en taquilla, pero de momento no ha sido tal. La muy esperada cinta de James Cameron, 'Avatar', arrancó su andadura en la cartelera de Estados Unidos con unos discretos 3,5 millones de dólares de recaudación, a muchísima distancia de la poseedora del récord, 'New Moon', de la saga de Twilight, que obtuvo en sus primeras horas la friolera de 26.3 millones de dólares.
La fábula de ciencia ficción del director de 'Terminator' tampoco se acercó a la segunda de la lista, la última entrega de Harry Potter y sus aventuras, que alcanzó los 22.2 millones de dólares.
Avatar en "El País" (España)
Sinópsis
Jake, un paraplégico veterano de guerra, es enviado a otro planeta distinto al suyo, Pandora, que está habitado por los Na'vi, una raza humanoide con su propia lengua y cultura. Ambas formas de ver la vida se encuentran y enfrentan.
Crítica
La involución artística
JAVIER OCAÑACameron revoluciona el cine. Cameron reinventa el cine. Cameron convierte el cine en una nueva experiencia. Son sólo tres de los titulares con los que nos hemos ido desayunando de cuando en cuando gracias a los medios de comunicación de todo el mundo. Todo ello, faltaría más, sin haber visto la película. Avatar, por supuesto.
Pues ya está aquí. Y la supuesta revolución consistía en: a) que hay un nuevo concepto de las tres dimensiones, aunque hagan falta las gafitas de siempre; b) que a diferencia de los anteriores sistemas de captura de movimiento, donde la digita-lización se añade posteriormente, ahora Cameron podía observar directamente en un monitor cómo los actores virtuales hacían de las suyas al tiempo que interactuaban con el mundo digital; c) que la captura de expresiones faciales ha mejorado. Consecuencia: hay un 60% de imágenes generadas por ordenador, y un 40% de acción en vivo. Eso sí, al espectador le dará exactamente igual si Cameron ha podido dirigir mejor a sus actores y criaturas, porque en las secuencias con un buen número de seres humanos en el encuadre (digamos, más de cinco), el concepto tres dimensiones tiene una extraña forma de tomar vida: hay personajes en distintos planos y una buena impresión de fondo, pero los cuerpos son planos, como un mal holograma, casi como un recortable de los niños de hace 50 años.
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