"Usted muestra una impulsividad marcada y a menudo una cólera intensa y repentina. Mantiene relaciones interpersonales inestables y le aterran los abandonos. Tiende a perder el contacto con la realidad y tiene una imagen de sí mismo algo confusa. Siento decírselo, señor Anakin Skywalker/ Darth Vader, pero usted padece un trastorno límite de la personalidad y debería empezar ya la psicoterapia".
Considerando su escaso sentido del humor, probablemente Anakin sacaría una espada láser y haría pedazos al psiquiatra. Es el epílogo imaginario de un dialogo imaginario, pero no demasiado. El diagnóstico es real y es el resultado de un estudio médico de Eric Bui, psiquiatra del Hospital de la Universidad de Tolosa, en Francia. Hace tres años, el profesor estaba preparando un curso sobre los trastornos de la personalidad y buscaba ejemplos que llamaran la atención de los alumnos. Junto a la psicóloga Rachel Rogers, se le ocurrió analizar con lupa las tres películas de la segunda trilogía de La Guerra de las Galaxias, es decir, las más recientes, para estudiar el trayecto que lleva al joven Caballero Jedi Anakin Skywalker a convertirse en Darth Vader.
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Lo que no supieron ver los jedi, lo vieron unos psiquiatras franceses.