"LITERATURA | Día Mundial de la Salud Mental"
Un psiquiatra y dos escritores discuten el vínculo entre el arte y la demencia
Luis Alemany | Madrid
Los delirios de Don Quijote; las 'depres' de Hamlet; el narcisismo de Mozart; el trastorno bipolar de Van Gogh; la hipersensibilidad de Chopin; la paranoia de Panero... Qué sería del arte sin las enfermedades mentales.
"No, no, ésa es una confusión peligrosa", corrige Jesús de la Gándara, jefe de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos y autor de un blog sobre salud mental en EL MUNDO.es. "Es cierto que, entre las personas hipercreativas, las enfermedades mentales se dan con más frecuencia, porque también son personas hipersensibles. Pero en ningún caso la creatividad procede de la enfermedad mental, ni la enfermedad mental procede de la creatividad".
Así que hoy, Día Mundial de la Salud Mental, toca poner en crisis el tópico del poeta loco y bohemio. Poeta y bohemio, sí, pero loco, no. "En cualquier caso, uno encuentra artistas depresivos y bipolares. No hay esquizofrénicos ni psicóticos, que es en lo que pensamos cuando se habla coloquialmente de locos", explica De la Gándara, que dirigió hace un tiempo un estudio sobre la patobiografía de más de 60 poetas suicidas. "Porque eso es verdad, los poetas se suicidan bastante".
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