La ciencia ficción vive gracias a sus sagas fetiche. En el mundo del cine hablamos de Star Wars,en la televisión nos referiríamos a Star Trek y, posiblemente, en el mundo de los videojuegos sea Mass Effect. Esta última es una franquicia ya consolidada que nos narra las aventuras del Comandante Shepard en un intento desesperado de salvar a toda civilización de una amenaza galáctica bajo la denominación de ‘los segadores’. Hemos acompañado al héroe de esta historia desde que fue ascendido a capitán de la Normandía hasta convertirse en la única esperanza ante un futuro incierto, siempre logrando la victoria a través del sacrificio.
Ahora se prepara ya el final de esta epopeya, con un futuro incierto y la Tierra como escenario en el que comienza la gran batalla que se avecina. Las premisas parecen haber cambiado y los que fueron una vez nuestros aliados, ahora son enemigos acérrimos. A nuestro lado contaremos con un buen puñado de aliados, casi todos ellos extraídosde anteriores entregas de la saga. Sin embargo aún hay sitio para muchas más sorpresas, y estas comienzan incluso con la manera de jugar al título de Bioware.
Mass Effect siempre se ha caracterizado por mezclar rol y acción, consiguiendo una extraña combinación que incluye un importante componente conversacional, con libertad de movimientos y decisiones y un sistema de combate dinámico casi a la altura de los grandes del género como Gears of War.
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