Foto de archivo del escritor, en su casa de Colombo (Sri Lanka)
"LITERATURA | Sci-fi"
Álvaro Cortina | Madrid
En la nueva edición de Alamut, de 'Cánticos de la lejana Tierra', de 1985, de Arthur C. Clarke, el autor propio autor menciona en el prólogo las películas de Star Trek y Star Wars. Dice: "pero estas obras son fantasía, no de ciencia ficción. En el sentido estricto del término. Es casi seguro que en el universo real no podemos superar la velocidad de la luz". Y a continuación habla de su "intento de crear una narración realista sobre el tema del viaje interestelar". Los escritores de sci-fi se toman muy en serio sus hallazgos y sus distingos. Clarke quiere escribir del espacio y ser realista. ¿Realismo ciberespacial? ¿O hablamos de verosimilitud astronáutico colonial? ¿Galdosianismo interpespacial?
Sus naves van a "un cuarto de la velocidad de la luz" (¡ah, bueno!) con "estetoreactores cuánticos", que brillan como una bomba atómica. Se necesita un millón de toneladas de combustible para activarlos. Y para frenar esta velocidad, diez veces más de combustible. Quiere ser proporcional, Clarke y su hipótesis es esta: los científicos terrícolas descubren que el Sol va a estallar en el año 3600. "En este último siglo la Tierra estaba embrujada por fantasmas: no los muertos, sino los que no nacerían nunca".
Comentarios
Estoy esperando que de una buena vez hagan la película sobre su libro "Cita con Rama", proyecto lárgamente demorado.